¡Buenos días! Ya es lunes de nuevo y
en este post continuaremos el que comenzamos la semana pasada dedicado al cine italiano. ¿Qué os parece la idea? ¡Empezamos con energía!
En
los años sesenta, se vive una creciente bonanza económica, es el
momento de esplendor del arte pop, de los medios de comunicación
masiva, de la revolución del 68 y de la influencia de directores
como Antonioni, Fellini y Pasolini.
Comenzaremos por la figura de Pier
Paolo Pasolini, que nos ofrece
una extraña reflexión de la historia. Su figura se ha ido
recuperando desde hace aproximadamente cuatro años. Asesinado en
1875, tiene una vida digna de película. Empieza trabajando desde el
Neorrealismo hasta progresivamente cambiar de discurso. En 1964 rueda
El evangelio según San Mateo, una reinterpretación de la historia,
donde revisa los textos bíblicos en clave de materialismo
dialéctico. También, firma la Trilogía de la Vida, compuesta por
tres películas más, Decameron, Cantos Canterbury y Las 1000 y 1
Noches. En todas ellas se caracteriza por la sexualidad explícita,
la subversión de lo esperado, rechazo de la literatura realista. Yo
me quedo con Saló o los 120 días de Gomorra.
En
cuanto a Marco Antonio Antonioni, escoge
una segunda vía de evasión del neorrealismo. Considerado el
cineasta más intelectual, sus películas son una poesía visual
donde juega con varias técnicas de realización como el plano
secuencia, los planos fijos y sus protagonistas son muy distintos a
lo visto hasta entonces, modernos, independientes, gente de la calle.
Entre sus películas La aventura, rodada en 1959 y que cuenta la
desaparición de una joven, analizando la vida de sus protagonistas
del entorno de esa chica. Tiene un aspecto casi documental que gusta
mucho a EEUU y a la Nouvelle Vague.
Otro
de los directores a destacar, Federico Fellini,
tal vez el más conocido de todos. Colaborará como guionista con
Rosellini. Desde sus primeras películas, reflexiona otros temas y
formas diferentes. En éstas se siente atraido por el mundo del circo
y la fantasía. Sus primeros pasos los realizó junto a su esposa,
Giuletta Massina en La Calle y Las Noches de Cabiria, así obtiene
premios en Cannes y Venecia, con ellas obtendrá fama internacional.
La Dolce Vita en 1960 nos habla de que había sido alumno de
Rosellini con narraciones paralelas, personajes sofisticados
presentes en fiestas y llenos de sofisticación pero que no obtuvieron
la felicidad en ninguno de los casos. Todos hemos visto alguna vez la
escena en la Fontana de Trevi en La Dolce Vita...
Luego vendrían otras como Roma, Amarcord, etc.
¿Qué os ha parecido la recopilación de hoy? ¿echáis de menos a algún director del Neorrealismo italiano?
¡Nos vemos el jueves!
¡Buena semana!
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